domingo, 14 de mayo de 2017

El proceso de descolonización y la educación en Bolivia

En el proceso actual que vive nuestro país, la descolonización debe referirse fundamentalmente a la igualdad de oportunidades, a la eliminación del racismo, de todo tipo de racismo, "borrar las diferencias de antes", es decir, hacer que las oportunidades laborales, económicas y políticas lleguen a todos y no solamente a un grupo de privilegiados; donde a la gente se mire por su capacidad, por sus méritos y conocimientos, indistintamente de su pertenencia étnica.
Y, por otro lado, se trata de "la concepción del mundo" ya que hasta ahora se reconoció como único y universal el conocimiento moderno y científico, sin tomar en cuenta los otros saberes, como el indígena por ejemplo.
Debemos entender que descolonizar no es retroceder hasta el origen, sino es comenzar a escribir la historia, corrigiendo elementos que han sido perjudiciales para que la sociedad pueda mirarse a sí misma de manera respetuosa
Es este contexto, en que se da la descolonización de la educación que implica rechazar las teorías y propuestas educativas ajenas a nuestra realidad, porque son producto de una imposición y adaptación que no logra recuperar todavía lo que somos.
Se piensa que la educación empieza y termina en la escuela, pero la escuela se convierte en el lugar de mayor colonización. Un ejemplo de ello es el uso de uniformes, que representan una herencia de la revolución industrial por los conglomerados que se habían creado; tiene que ver con horarios, reglas y filas. Por esa razón, la educación es la mayor expresión de la colonización.
Se establecen jerarquías discriminatorias como lo privado y lo público, lo escolarizado y lo alternativo, la educación hegemónica y escolar, y la plural y diversa. La gestión es de especialistas, “ellos nos enseñaron a hablar de diferente manera”.
Se requiere desarrollar una propuesta teórica y metodológica; para ese fin, hay que leer el contexto de manera integral. Teoría y metodología de la educación significan recuperar lo que somos, desarrollar la pedagogía del Estado Plurinacional y pensar lo que hacemos día a día. Estas acciones se convierten en nuestra experiencia y en nuestros saberes.
Por lo tanto, se deben fortalecer los saberes. Hay que releer las experiencias relevantes, hay que sistematizar las experiencias y conocimientos, no de formas sino de fondo. Tenemos que romper el mito de la educación como un sinónimo de la escuela. Si no hacemos todo eso, tampoco se podrá transformar la educación.
Los cambios estructurales que se han iniciado en el marco del nuevo sistema educativo en el país implican la descolonización de la educación, para formar al nuevo ser social,


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